La semejanza del mundo

El núcleo temático de este libro trata sobre la diferencia. No sólo como principio individual, en tanto todos somos diferentes,  sino como germen que compone a la humanidad ya que ésta la constituyen como una sola especie el conjunto de los distintos pueblos, culturas, tradiciones que hemos ideado.

En este texto trabajo desde la antropología la diversidad cultural. La condición humana siendo una sola especie, debe idear su vivir y en ese trayecto elabora distintas formas de vida. Tales diferencias  han sido colonizadas, aniquiladas, entendidas como inconciliables, incompatibles, contrarias, repugnantes, hasta hoy.

Se propone observar esa unidad de especie desde la  desemejanza humana. Concepto entendido en sentido ontológico, es decir, como el eterno retorno de lo que desencaja – en el sentido que lo plantea Gilles Deleuze. La desemejanza humana está implícita también en los objetivos que persiguen todos  los pueblos cuando elaboran sus  máquinas socioculturales. Se trata de que, obviamente, elaboran lógicas sociales distintas.

Los pueblos ejercen prácticas sociales que ellos idean para lograr los mismos objetivos, es decir, por una parte realizan actividades  para conseguir sobrevivir y por otra pervivir. Idean cómo alimentarse,  se las ingenian para conseguir cobijos y crean múltiples estrategias a través de lenguas que se  auto producen. El objetivo  de pervivir a lo largo de los siglos los pueblos lo alcanzan recreando y reinventando su vivir, desencajándose  de lo disímil, del otro, del contrario. Ahí se expresa la desemejanza de la especie y ahí habita el simulacro de la semejanza del mundo.

La cuestión no sólo es ¿cómo, necesitando lo mismo, ideamos estrategias diferentes? Sino ¿cómo establecer relaciones entre desemejantes? ¿Cómo coordinar objetivos comunes manteniendo la diferencia cultural sin explotación, sometimiento, vasallaje, cautiverio, avasallamiento, colonización…?

Este libro lo publicó Editorial Cátedra , Madrid, colección Teorema, año 2008.